jueves, 18 de octubre de 2012

COMUNICACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS


Muchos padres pensamos que lo mas importante en la comunicación es proporcionar información a sus hijos. Decirles que coman las verduras y llevarlos de la mano son expresiones de amor y cuidado.

La comunicación tiene una función mas importante; es un puente de doble vía que conecta los sentimientos de padres e hijos.
La comunicación saludable es crucial para ayudar a los niños a desarrollar una personalidad saludable y buenas relaciones con los padres y los demás. Le da al niño la oportunidad de ser feliz seguro y sano en cualquier circunstancia.

Por qué es importante la comunicación saludablePorque ayuda a su niño a:
  • Sentirse cuidado y amado.
  • Sentir que él es importante para usted.
  • Sentirse seguro y no aislado en sus problemas.
  • Aprender a decirle a usted lo que siente y necesita directamente en palabras.
  • Aprender a manejar sus sentimientos con cuidado para no actuar sin meditar o sobreactuar.
  • Hablarle abiertamente a usted en el futuro.
¿Para qué ayuda a los padres?
  • Para sentirse cercano a su hijo.
  • Conocer las necesidades de su hijo.
  • Saber que usted cuenta con herramientas para ayudar a su hijo a crecer.
  • Manejar su propia frustración y estrés.
Materiales que construyen una comunicación saludable
Para construir un canal de doble vía es muy necesario e importante
  1. Estar disponible. Los niños necesitan sentir que sus padres son asequibles para ellos. Esto significa estar dispuestos a tener tiempo para sus hijos. Aunque sean 10 minutos diarios de comunicación con su hijo a solas fortalece este puente de doble vía. Estar disponible también significa sintonizar y hablar de algo importante. Ser capaz de entender y hablar sobre sus propios sentimientos asi como tambien los de su hijo, es otra parte importante de estar asequible.
  2. Saber escuchar ayuda a su niño a sentirse amado aun cuando está enojado y usted no puede hacer nada para arreglar el problema. Preguntele a su hijo por sus ideas y sentimientos, también trate de comprender lo que está diciendo. Lo que trata de decirle es importante para él, aunque a veces no lo sea para usted. No necesita estar de acuerdo con lo que esta diciendo pero saber escuchar lo ayuda a calmarlo y asi el podrá escucharlo a usted después.
  3. Demostrarle empatía, es decir, sintonizar con el niño y hacerle saber que a usted le importan sus sentimientos, demostrar empatía significa su capacidad para entender lo que su hijo siente en ese momento.
  4. Ser un buen mensajero, si el niño se siente escuchado y atendido estará mas dispuesto a escucharlo, asegurese que lo que usted diga, su tono de voz y lo que haga, ENVÍEN EL MISMO MENSAJE.
  5. Use palabras para comunicar a su hijo lo que usted quiere que el haga, aun cuando le esté marcando límites a un niño pequeño puede usar palabras mientras lo sujeta. Resalte las buenas actitudes y comportamientos de su hijo, ayudelo a apreciarse a sí mismo. No diga las cosas a los gritos porque ellos muchas veces no saben diferenciar claramente lo que está mal.
  6. Ser un buen modelo, ya que los niños pequeños aprenden mejor copiando lo que hacen sus padres que lo que le dicen. Utilice muchas palabras para explicar los sentimientos, le ayudara al niño a hacer lo mismo, las palabras son el mejor medio para tratar con sentimientos fuertes. Expresar sus sentimientos en vez de actuar ayuda a los niños a controlarse, tanto en el hogar como en el colegio.


miércoles, 3 de octubre de 2012

SEXUALIDAD


Sexualidad

La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociados a la búsqueda del placer sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo en la vida.
Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo instintivo. En esta creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad, entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación.
Sin embargo, hoy se sabe que también algunos mamíferos muy desarrollados, como los delfines o algunos pingüinos, presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de homosexualidad (observada en más de 1500 especies de animales), variantes de la masturbación y de la violación. La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser aprendida.

Sexualidad humana

La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como:
"Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales."
Se propone que la sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro características, que significan sistemas dentro de un sistema. Éstas características interactúan entre sí y con otros sistemas en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico, psicológico y social.
Las cuatro características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético (genotipo) y físico (fenotipo). El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo.
La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas.
La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad, las actitudes de paternaje y maternaje, además de las actitudes favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres.
La característica del sexo desarrollado, comprende el grado en que se vivencia la pertenencia a una de las categorías dimórficas (femenino o masculino). Es de suma importancia en la construcción de la identidad, parte de la estructura sexual, basado en el sexo, incluye todas las construcciones mentales y conductuales de ser hombre o mujer. Hay que tener en cuenta que es muy importante que sepamos cuales son nuestras actitudes más personales e íntimas hacia la sexualidad.
Uno de los productos de la interacción de estos holones es la orientación sexual. En efecto, cuando interactúan el erotismo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer), la vinculación afectiva (la capacidad de sentir, amar o enamorarse) y el género (lo que nos hace hombres o mujeres, masculinos o femeninos) obtenemos alguna de las orientaciones sexuales a saber: la bisexualidad, la heterosexualidad y la homosexualidad.
La definición de trabajo propuesta por la OMS(2006) orienta también la necesidad de atender y educar la sexualidad humana. Para esto es de suma importancia, reconocer los derechos sexuales (WAS, OPS,2000):
  • El derecho a la libertad sexual.
  • El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo.
  • El derecho a la privacidad sexual.
  • El derecho a la equidad sexual.
  • El derecho al placer sexual.
  • El derecho a la expresión sexual emocional.
  • El derecho a la libre asociación sexual.
  • El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables.
  • El derecho a información basada en el conocimiento científico.
  • El derecho a la educación sexual integral.
  • El derecho a la atención de la salud sexual.
En la medida que estos Derechos sean reconocidos, ejercidos y respetados, tendremos sociedades más sanas sexualmente.
Es importante notar que la sexualidad se desarrolla y expresa de diferentes maneras a lo largo de la vida de forma que la sexualidad de un infante no será la misma que la de un adolescente o un adulto. Cada etapa de la vida necesita conocimientos y experiencias específicos para su óptimo desarrollo. En este sentido, para los niños es importante conocer su cuerpo, sus propias sensaciones y aprender a cuidarlo. Un niño o una niña que puede nombrar las partes de su cuerpo (incluyendo el pene, el escroto o la vulva) y que ha aceptado que es parte de él, es más capaz de cuidarlo y defenderlo. También es importante para ellos conocer las diferencias y aprender que tanto los niños como las niñas son valiosos y pueden realizar actividades similares. En esta étapa aprenden a amar a sus figuras importantes primero (los padres, los hermanos) y a las personas que los rodean, pueden tener sus primeros enamoramientos infantiles (que son diferentes de los enamoramientos de los adolescentes) y también viven las primeras separaciones o pérdidas, aprenden a manejar el dolor ante éstas. En cuanto a la reproductividad, empiezan a aprender a cuidar de los más pequeños (pueden empezar con muñecos o mascotas) y van desarrollando su capacidad reproductiva. También tienen grandes dudas sobre su origen, generalmente las dudas que tienen con respecto a la relación sexual necesitan la aclaración del sentido amoroso y del deseo de tenerlo que tuvieron sus padres. Les resulta interesante el embarazo y el nacimiento en un sentido de conocer su propio origen. Sobre todo será importante indagar la pregunta y responderla al nivel de conocimiento de acuerdo a la edad del menor.
La sexualidad adulta contiene los cuatro elementos en una interacción constante. Por ejemplo, si una mujer se siente satisfecha y orgullosa de ser mujer, es probable que se sienta más libre de sentir placer y de buscarlo ella misma. Esto genera un ambiente de cercanía afectiva y sexual con la pareja y un clima de mayor confianza que a su vez repercute en las actividades personales o familiares que expresan la reproductividad. En realidad podríamos empezar por cualquiera de las características en estas repercusiones positivas o también negativas.
Cada una de las características presentará problemas muy específicos. Así, encontramos en el sexo, los problemas de homofobia, violencia contra la mujer, desigualdad sexual, etcétera. En la vinculación afectiva se encuentran las relaciones de amor/odio, la violencia en la pareja, los celos, el control de la pareja. El erotismo presentará problemas tales como disfunciones sexuales o las infecciones de transmisión sexual. En cuanto la reproductividad se observan desordenes de la fertilidad, violencia y maltrato infantil, abandono de los hijos, etc.
Al igual que muchos animales, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro. El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual (Véase Taoísmo, Tantra), así como ven en ello un método para mejorar (o perder) la salud.
La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi todos los animales. Sin embargo, el motor base de gran parte del comportamiento sexual humano siguen siendo los impulsos biológicos, aunque su forma y expresión dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una gama muy compleja de comportamientos sexuales. En muchas culturas, la mujer lleva el peso de la preservación de la especie.
Desde el punto de vista psicológico, la sexualidad es la manera de vivir la propia situación. Es un concepto amplio que abarca todo lo relacionado con la realidad sexual. Cada persona tiene su propio modo de vivir el hecho de ser mujer u hombre, su propia manera de situarse en el mundo, mostrándose tal y como es. La sexualidad incluye la identidad sexual y de género que constituyen la conciencia de ser una persona sexuada, con el significado que cada persona dé a este hecho. La sexualidad se manifiesta a través de los roles genéricos que, a su vez, son la expresión de la propia identidad sexual y de género.
La diversidad sexual nos indica que existen muchos modos de ser mujer u hombre, más allá de los rígidos estereotipos, siendo el resultado de la propia biografía, que se desarrolla en un contexto sociocultural. Hoy en día se utilizan las siglas GLTB (o LGTB) para designar al colectivo de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales.
La sexualidad se manifiesta también a través del deseo erótico que genera la búsqueda de placer erótico a través de las relaciones sexuales, es decir, comportamientos sexuales tanto autoeróticos (masturbación), como heteroeróticos (dirigidos hacia otras personas, éstos a su vez pueden ser heterosexuales u homosexuales). El deseo erótico (o libido) que es una emoción compleja, es la fuente motivacional de los comportamientos sexuales. El concepto de sexualidad, por tanto, no se refiere exclusivamente a las “relaciones sexuales”, sino que éstas son tan sólo una parte de aquél.
 

 

Sexualidad




Sexo
El sexo es una característica biológica que permite identificar a las personas por sus diferencias corporales, como hombres o como mujeres. Los cuerpos de los hombres y de las mujeres son diferentes; la muestra más notable está en los genitales externos. En el momento en que nace un ser humano, de acuerdo a sus genitales, se le identifica como hombre o mujer. Esta diferencia posibilita físicamente a ambos para participar en la reproducción de la especie.

La palabra sexo es utilizada frecuentemente para designar diversas cosas. Por ejemplo, cuando se pregunta sobre el sexo al que se pertenece, se responde hombre o mujer; sin embargo, la palabra sexo se usa regularmente para referirse a cualquier tipo de actividad sexual.

Se nace con sexo masculino, pero se aprende a ser hombre. Igualmente, se nace con sexo femenino, pero también se aprende a ser mujer.



Sexualidad
Es un proceso biológico, psicológico, social y cultural que involucra: sentimientos, emociones, actitudes, pensamientos, comportamientos y la valoración personal, es decir la autoestima; comprende, además, la percepción íntima y personal de ser hombres o mujeres; el vínculo afectivo con los demás y la manera de expresar el afecto, la capacidad de dar y recibir amor y de experimentar placer, el comportamiento como hombres o mujeres, las diferencias corporales, los cambios físicos, el impulso o deseo sexual, la atracción física hacia otras personas, la reproducción biológica; es decir, es un proceso que abarca el cuerpo, las emociones y el entorno social y cultural de la vida.

En los seres humanos, a diferencia del resto de los animales, el ejercicio de la sexualidad es una manera de manifestar un sentimiento muy importante, como es el amor a la pareja. Implica una responsabilidad de las personas para controlar o moderar su sexualidad y afrontar sus consecuencias.

La sexualidad se va modificando en cada etapa de la vida del individuo, y está básicamente determinada por el aprendizaje adquirido en el medio que le rodea. Es por eso que de una edad a otra los intereses sexuales van cambiando, coincidiendo generalmente con los cambios corporales. La sexualidad, ofrece entonces la posibilidad de modificarse para permitir un mejor desarrollo del ser humano.

Género
Es la asignación de conductas y tareas que una sociedad da a hombres y mujeres de acuerdo con sus tradiciones y con su cultura.
Ver también
http://www.cmrioja.es/asexorate/numero5.html



 

Sexualidad en las diferentes etapas de la vida

Sexualidad e infancia
La sexualidad se desarrolla a lo largo de la vida de las personas por lo que es muy importante su cuidado y salud.

En el primer año de vida, se da una relación muy estrecha entre el niño y su madre o la persona que lo cuida. Los bebés experimentan satisfacción cuando la mamá los alimenta.
Cuando los bebés llegan a tocar sus órganos genitales o sexuales, pueden experimentar sensaciones placenteras. Es común que los niños tengan erecciones, es decir que su pene se ponga duro, por ejemplo, cuando los bañan o cambian de pañal y con los cambios de temperatura.

Entre los 2 y 5 años de edad, las y los pequeños aprenden a identificar las partes de su cuerpo y descubren sus órganos sexuales, así como ocurre con su nariz o sus cejas; sienten curiosidad por las diferencias que hay entre los niños y las niñas y pueden reconocerse a sí mismos como hombres o mujeres.

Generalmente, los niños y niñas se van identificando con sus padres y tratan de imitar la forma en que ellos se comportan, lo que propicia el aprendizaje de su rol o papel como hombres o mujeres.

Entre los 6 y 10 años suelen formar grupos integrados solamente por niños o por niñas, en los que cada vez son más frecuentes las pláticas acerca de la sexualidad y de los cambios físicos que empiezan a experimentar. También tienen interés en las relaciones sexuales, el embarazo y la menstruación, por ejemplo.








Para un buen desarrollo emocional y de la sexualidad de los niños es muy importante que a lo largo de los años de la infancia los padres o las personas que los cuidan, cultiven una relación muy estrecha con los niños a través de caricias, arrullos, y en general de un trato cercano y afectuoso.

Los adultos ante la sexualidad infantil
La reacción de los adultos ante la sexualidad infantil depende de las ideas y actitudes que tenga cada persona sobre la sexualidad, y puede llegar a influir en el comportamiento sexual de los niños durante toda su vida.

Es común en esta edad, que los niños y las niñas como manifestación de su sexualidad, se sientan atraídos por otro niño o niña, o por alguien de más edad, que tengan curiosidad en saber cómo son los besos entre enamorados o que deseen ver el cuerpo desnudo de las personas del sexo opuesto.

Las personas adultas deben hablar con los niños y niñas sobre sus inquietudes con naturalidad y respeto, sin negar o castigar sus sentimientos, explicarles con sencillez lo que es ser novios, cómo son los besos de los enamorados y todo lo que pregunten. Escuchar sus cuestionamientos y preocupaciones ayuda a los niños y niñas a aceptar sus sentimientos y a solucionar sus dudas. También es importante evitar las amenazas o reacciones de susto ante las manifestaciones de su sexualidad y hacerles ver que son algo natural.

Durante la infancia las relaciones de comprensión y afecto entre las niñas y los niños con su padre y madre, o las personas que los cuidan son fundamentales para su bienestar emocional y sexual en las siguientes etapas de su vida.


Sexualidad y pubertad


Cambios físicos y biológicos en la pubertad
A partir de la adolescencia, las diferencias en el cuerpo de los/as niños/as se hacen más notables. Convertirse en hombre o mujer implica una serie de transformaciones físicas y biológicas que a veces producen gran confusión.

Es un período complicado y lleno de dificultades. Entre ellas, desde luego, las relacionadas con el inicio de la vida sexual. Durante este periodo el cuerpo y especialmente los aparatos sexuales se modifican; pero este crecimiento fisiológico conlleva notables transformaciones interiores.

Durante esta etapa, la glándula hipófisis comienza a producir las hormonas responsables de los cambios que los convierten, poco a poco, en mujeres y hombres adultos.

También se viven con gran curiosidad y a veces con preocupación los cambios que se presentan en el cuerpo. La apariencia física se vuelve una de las principales inquietudes y a veces cuesta trabajo aceptar la nueva imagen.

También se experimentan cambios en la forma de ser y de pensar. Los adolescentes ya no aceptan tan fácilmente todo lo que dicen los adultos y se sienten incomprendidos.

El estado de ánimo cambia rápidamente; algunas veces los adolescentes son alegres entusiastas y muy activos. En otras, se sienten solos, tristes, aburridos y no tienen ganas de hacer nada. Estos cambios tan bruscos confunden a los jóvenes y a las familias. Sin embargo, estos cambios de actitud son naturales.

La relación de amistad con personas del mismo sexo es muy importante ya que se identifican con ellos y eso les permite conocerse mejor.

El interés por la sexualidad aumenta, experimentan deseo, excitación sexual y orgasmos.
Biológicamente ya pueden tener hijos; sin embargo, física y emocionalmente los adolescentes todavía se encuentran en proceso de maduración.

Algunos adolescentes se involucran en juegos sexuales con personas del mismo sexo. Estas experiencias pueden ser parte de una etapa del desarrollo en la que se está reafirmando la identidad como hombres o como mujeres.

En esta etapa de la vida, la relación con personas de sexo diferente suele causar tensión o incomodidad y no se sabe como actuar con la persona que les causa atracción.

En algunos o algunas jóvenes, el cabello se vuelve grasoso. También suele aparecer grasa en la nariz y la frente. Pueden salir granos y espinillas. Su presencia puede resultar tan molesta que algunos jóvenes los exprimen, pero de esta manera se pueden infectar y hacer que se multipliquen. Es recomendable acudir al médico para recibir orientación sobre qué hacer.

Lo mejor es la limpieza de la cara con un suave masaje con jabón sin perfume y enjuagar con agua, alternando la fría y la caliente para terminar con fría para que se cierren los poros.

La alimentación, así como los cambios hormonales y la falta de ejercicio, pueden provocar que se tenga acumulación de grasa.

Por último, recordemos que durante la pubertad y en la juventud, comer alimentos nutritivos, hacer ejercicio, estar limpios(as) y dormir lo suficiente, puede ayudar a verse y sentirse bien.

Aceptar y querer a nuestro cuerpo es cuidarlo de enfermedades.

Cambios físicos en las mujeres
En la pubertad las mujeres experimentan los siguientes cambios físicos:
  • Aumenta el tamaño de las mamas, la aureola crece y los pezones se levantan y crecen hacia fuera.
  • La cadera y los muslos se redondean.
  • Aparece vello suave en el pubis y en las axilas.
  • Se presenta por primera vez la regla o menstruación.

Cambios biológicos en las mujeres
En las mujeres las hormonas de la hipófisis actúan en los ovarios, que son las glándulas de su aparato sexual.

Aunque las niñas tienen ovarios desde que nacen, éstos empiezan a funcionar entre los 9 y los 12 años. Cuando los ovarios entran en contacto con las hormonas de la hipófisis producen, a su vez, otras hormonas que se encargan de que el aparato sexual de las niñas se desarrolle para que se conviertan en mujeres adultas.

Ovulación
En los ovarios se encuentran las células reproductoras de las mujeres que, como en otros seres vivos, se llaman óvulos. Una vez al mes, un óvulo se desprende de uno de los ovarios. Un mes se desprende del ovario derecho y, al mes siguiente, otro se desprende del izquierdo. Este proceso se conoce como ovulación. El óvulo llega a las trompas de falopio y viaja por ellas hasta llegar al útero o matriz.

La ovulación y la menstruación son dos de las funciones del aparato sexual de la mujer que permiten la reproducción de los seres humanos. Para que se lleve a cabo la fecundación o fertilización es necesario que, durante su recorrido del ovario al útero, el óvulo sea fertilizado por un espermatozoide.

El óvulo tarda unos cuantos días en hacer su recorrido. Los espermatozoides son depositados por un hombre en la vagina de una mujer al tener relaciones sexuales. Cuando un espermatozoide se une al óvulo, ocurre la fecundación y se inicia un embarazo. Durante el embarazo se suspende la menstruación.

Cuando el óvulo no es fecundado se elimina y entonces sale por la vagina una capa de tejido en la que hay muchos vasos sanguíneos. Este tejido se forma una vez al mes dentro del útero o matriz, para que, en caso de que el óvulo sea fecundado, éste pueda desarrollarse.

Menstruación o regla
Uno de los cambios más notables que ocurre en las niñas cuando se convierten en adolescentes es el inicio de la menstruación o regla. La menstruación es la salida de sangre a través de la vagina una vez al mes, con una duración de tres a siete días.

Cada mes, generalmente cada 28 días, se repite el proceso. Se desprende un óvulo de uno de los ovarios, hace su recorrido y, si no es fecundado, ocurre la menstruación. Por eso se le llama ciclo menstrual: es un ciclo como el día y la noche o el de las estaciones del año. Los días del ciclo menstrual se cuentan a partir del primer día de sangrado. La primera mitad del mes se va preparando la capa donde puede desarrollarse el óvulo fecundado y a los 14 días, aproximadamente, ocurre la ovulación. Si no hay fecundación, después de los siguientes 14 días, se inicia el sangrado y el ciclo vuelve a empezar.

En realidad, la menstruación es el signo más evidente de muchos cambios que ocurren en el interior del cuerpo de las mujeres. Esto las prepara para que su aparato sexual funcione plenamente. Todas las niñas van a menstruar en algún momento, entre los 10 y los 13 años pero si la menstruación empieza un poco antes o un poco después, no hay razón para preocuparse. A pesar de que durante la menstruación hay sangrado, éste no debe generar alarma. No se trata de ninguna enfermedad, la regla es un proceso natural y cíclico y, por lo tanto, no debe asustar ni avergonzar a las mujeres.

Durante los primeros años la menstruación puede ser muy irregular. Esto quiere decir que el sangrado no ocurre cada 28 días, sino que puede aparecer en menos o en más días. Durante el periodo de sangrado algunas mujeres pueden sentir dolores en la parte inferior del abdomen, llamados cólicos. Estos dolores a veces desaparecen con el paso de los años o después de tener el primer hijo, lo cual también es normal y no debe ser motivo de preocupación. Como la menstruación no es una enfermedad sino algo normal y natural en las mujeres, en los días de regla, las muchachas pueden bañarse, nadar y hacer el resto de sus actividades normalmente.

Higiene del aparato sexual femenino
Durante los días de sangrado, es muy importante lavar la zona de los genitales con agua y jabón, pues se trata de una zona que las mujeres siempre deben mantener limpia con el fin de evitar infecciones. Debido a que las mujeres tienen el orificio para orinar y la vagina muy cerca del ano, al ir al baño, siempre deben limpiarse de adelante hacia atrás, pues de lo contrario pueden arrastrar restos de excremento del ano a los otros orificios y provocar infecciones en la vagina o en las vías urinarias.

Durante la menstruación se deben usar paños de tela que absorban la sangre o toallas femeninas que se pueden adquirir en las farmacias. Cualquier material que se utilice debe cambiarse con frecuencia para evitar infecciones.

Cambios físicos en los hombres
Muchos cambios que tienen lugar durante la pubertad provocan variaciones en el funcionamiento del cuerpo. Estos cambios afectan tanto a los genitales como a otras partes del cuerpo, y por lo general, empiezan a manifestarse entre los 11 ó 12 años de edad. Los órganos genitales externos (pene y testículos) aumentan de tamaño, y la piel que los recubre presenta gradualmente un tono más oscuro. Aparece el vello púbico alrededor de la base del pene, crece en las axilas, aumenta la estatura, se ensanchan los hombros y el tórax y aumenta la masa muscular. La voz pierde su timbre infantil, se suda más, tanto en las axilas y en los pies como en otras partes del cuerpo. Por ello, la higiene personal debe ser un hábito diario.



Cambios biológicos en los hombres
En los niños, la hipófisis es la glándula encargada de activar sus glándulas sexuales. En los testículos se producen las células sexuales masculinas, llamadas espermatozoides. Estos tienen la capacidad de moverse con gran rapidez, gracias a una estructura alargada llamada cola.

Una vez que madura, el aparato sexual de los hombres produce millones de espermatozoides en forma constante, a diferencia de la mujer, que sólo libera un óvulo cada mes. La maduración sexual se inicia unos dos años más tarde en los niños que en las niñas, aproximadamente entre los 12 y 14 años, pero si empieza un poco antes o un poco después no hay razón para preocuparse.

Por esta maduración, empieza a haber un crecimiento de los testículos y el pene. Posteriormente, los testículos ayudan por medio de la producción de una hormona llamada testosterona, a que aparezca el vello en la cara, las axilas y el pubis.

Erección y eyaculación
La producción de espermatozoides ocurre dentro de los testículos en unos tubos muy delgados que se encuentran plegados. Para que puedan salir deben recorrer un largo camino. Los espermatozoides se desplazan por un conducto que llega primero a las vesículas seminales y después a la próstata. En estos dos órganos se agregan algunas sustancias que favorecen su movilidad, formando un líquido espeso, de color blanco, llamado semen. Para que pueda salir el semen, el pene aumenta de tamaño y se pone duro. A esto se le llama tener una erección. Los niños saben muy bien lo que son las erecciones, pues las tienen de vez en cuando desde que nacen.

Cuando el aparato sexual madura las erecciones ocurren con mayor frecuencia, durante más tiempo y pueden terminar con la salida del semen, lo cual se acompaña de una sensación placentera llamada orgasmo. A la expulsión de semen a través del pene se le llama eyaculación.

Es frecuente que las primeras veces que un adolescente eyacula lo haga mientras está dormido; por eso a este tipo de eyaculaciones se les conoce como “sueños húmedos”. Es importante que los niños sepan que en algún momento esto les va a ocurrir y que, al igual que la menstruación en las niñas, es un fenómeno natural. Es la manifestación más clara de que su aparato sexual está madurando.

La producción de espermatozoides es una de las funciones más importantes del aparato sexual de los hombres, ya que son estas células las responsables de fecundar al óvulo para que se inicie un embarazo. Más o menos, en cada eyaculación, se expulsan de 200 a 300 millones de espermatozoides, contenidos en 2.5 a 4 ml de líquido.


Higiene del aparato sexual masculino
Para que su aparato sexual se mantenga sano, los hombres deben asearse adecuadamente y evitar golpes en los genitales. Al bañarse es necesario echar hacia atrás el prepucio para poder lavar bien la cabeza del pene, o glande, ya que allí se acumulan sustancias que secretan las glándulas localizadas debajo del prepucio. Estas sustancias favorecen el crecimiento de bacterias y producir infecciones.

Circuncisión
Hay una operación muy sencilla, llamada circuncisión, en la que se quita el prepucio y se deja la cabeza del pene libre. A menudo se practica a los recién nacidos o a niños y jóvenes de más edad, sobre todo cuando el prepucio está muy apretado e impide que pueda jalarse hacia atrás.

Sexualidad y juventud
Entre los 18 y 20 años el comportamiento se hace más estable y los cambios en el estado de ánimo menos bruscos.

Poco a poco se adquirieren creencias y valores propios y una mayor independencia de la familia. Podemos ver con más claridad quiénes y cómo somos.

A veces los jóvenes se muestran muy críticos con los demás y con el medio que les rodea; también grandes deseos de conocer el mundo y de aportar ideas y experiencias.

Muchos jóvenes establecen relaciones amorosas con personas de sexo diferente. Las relaciones suelen ser muy intensas, pero pueden ser de corta duración.

Algunos jóvenes se sienten atraídos por personas de su mismo sexo o por ambos sexos. Muchas veces estas preferencias u orientaciones se reprimen u ocultan por temor al rechazo de los demás.

La actividad sexual puede ir de los besos y las caricias, hasta las relaciones sexuales.

La masturbación continúa siendo común en hombres y mujeres.

Algunos jóvenes optan por la abstinencia, que consiste en no tener relaciones sexuales en las que se llegue al coito o penetración.

Poco a poco las relaciones tienden a hacerse más estables y en nuestra actividad sexual buscamos no sólo la satisfacción física sino también la emocional.

Masturbación
Es frecuente que durante la masturbación se tengan fantasías acerca de algo o alguien, esto puede transformarla en una experiencia, que aumenta nuestra posibilidad de goce.

La masturbación es una actividad a la que se recurre cuando nos queremos producir placer, o brindarlo a nuestra pareja, o cuando no queremos tener relaciones con otras personas o no tenemos pareja.

Cuando dejamos de realizar algunas actividades y sólo estamos pensando en masturbarnos, se vuelve una conducta adictiva. Es necesario detenernos a pensar qué nos pasa, qué nos hace falta y qué estamos supliendo con la masturbación.

Existe otra manera de darse placer; son las caricias que consisten en tocar, besar, acariciar a otra persona, sin llegar a tener relaciones sexuales o coito.

Sexualidad y la edad adulta
En esta etapa muchos hombres y mujeres toman decisiones importantes sobre su vida, como son: el unirse o contraer matrimonio con una pareja o permanecer solteros, tener hijos o no, trabajar o dedicarse a otras actividades.

Algunas personas gozan de su actividad sexual sin culpa o ansiedad, porque tienen confianza en su capacidad para gozar y dar placer a su pareja y viven sus relaciones sexuales con responsabilidad.

También hay parejas que deciden centrar sus relaciones sexuales sólo en la penetración o coito. Sin embargo, el eliminar de la relación los besos, las caricias mutuas y las palabras cariñosas, generalmente la vuelve menos satisfactoria.

El amor es muy importante para muchas parejas. Se consideran como elementos básicos del amor: la confianza mutua, el respeto, el compromiso, la fidelidad, tener metas en común y relaciones sexuales placenteras.

En las mujeres, alrededor de los 45 años se inicia el climaterio, que es la etapa en que disminuye o desaparece la producción de las hormonas sexuales. La menopausia se refiere a la desaparición de la regla o menstruación y se presenta alrededor de los 50 años. Estos cambios pueden causar, en algunas mujeres, fatiga, bochornos, irritabilidad, dolores de cabeza, cólicos y otras molestias.

La menopausia no es el fin de la vida sexual y amorosa de las mujeres. Muchas de ellas experimentan un aumento en su deseo sexual, gozan de sus relaciones sin temor al embarazo y tienen la misma o mayor capacidad de dar y recibir afecto.

Después de los 50 años algunos hombres pueden experimentar la andropausia que es una disminución del interés sexual y cierta inestabilidad emocional, generalmente debido a un ligero descenso en su actividad hormonal y a la inseguridad que les produce el paso del tiempo.

En esta etapa, tanto hombres como mujeres pueden disfrutar de su vida y de su sexualidad igual que en otros momentos de su existencia.

La sexualidad en la tercera edad
Muchas veces se piensa que el interés y la actividad sexual desaparecen en la vejez, pero no es así, la sexualidad también está presente en este periodo de la vida. Las personas se mantienen activas sexualmente hasta edades avanzadas. La forma en que reacciozna el cuerpo durante las relaciones sexuales puede variar, pero esto no impide que se disfrute de la relación.

Otras personas deciden dejar de tener actividad sexual por la falta de un compañero o compañera, por el temor a no responder sexualmente o por la creencia errónea de que la actividad sexual es sólo para los jóvenes y es mal vista entre los ancianos.

Las personas jóvenes, adultas y ancianas pueden disfrutar de la ternura, la intimidad, el amor y el placer en nuestra vida sexual.

La sexualidad está presente en todos los momentos y etapas de la vida. Aprendamos a verla como algo natural, a vivirla plenamente y con responsabilidad.

El ejercicio de la sexualidad

Erotismo
Erotismo es la capacidad de sentir y vivir nuestra sexualidad integralmente. Abarca el placer y nuestra sensualidad, a través de todo lo que vivimos, por medio de nuestra piel, lo que vemos, olemos, escuchamos, saboreamos, palpamos o pensamos.

Ampliar nuestra capacidad erótica será una forma de expresar libremente nuestras fantasías, sensaciones, emociones o pensamientos, como disfrutar una película, un aroma, una piel, una voz que nos seduce, una puesta de sol, la naturaleza, una plática amistosa, esto nos permite hacer más grata la vida.

En algunas ocasiones se confunde el erotismo con la pornografía porque se ve erróneamente al primero como algo malo o raro.

Nuestra capacidad erótica así como el placer, va de acuerdo con la experiencia personal, familiar, o social que tenga.

El erotismo no sólo se demuestra en una relación sexual, es parte de nuestra sexualidad y por lo tanto de nuestra personalidad. Por eso es importante conocernos, descubrir qué es lo que nos provoca placer, cómo y con qué nos sentimos más a gusto con nosotros mismos.

Prácticas sexuales
La sexualidad, como ya vimos, no es sólo un impulso biológico sino también una fuerza que influye en muchos aspectos de nuestro desarrollo personal. Su ejercicio tiene que ver con la atracción física, los lazos afectivos hacia la pareja, la capacidad de dar y recibir amor, la capacidad de experimentar placer y la reproducción de la especie.

Las personas tenemos múltiples posibilidades de expresar nuestras conductas sexuales. Entre ellas están la abstinencia, la masturbación y las relaciones sexuales.

La abstinencia consiste en la decisión libre y voluntaria de no tener relaciones sexuales. Esta es una decisión válida, pero insistimos, nadie debe presionarte para que la tomes. Cada uno de nosotros tiene la habilidad de reconocer cuál es el momento de iniciar cualquier tipo de actividad sexual.

La masturbación consiste en el tocamiento de los genitales con la finalidad de obtener placer. Es necesario señalar que esta práctica no produce ningún tipo de enfermedad ni daño físico. Tal vez los valores familiares o religiosos nos han señalado que esta es una conducta negativa y su práctica nos produce sentimiento de culpa. En este caso, busca orientación para que tus decisiones vayan de acuerdo con los valores que tu mismo te estés formando.

Las relaciones sexuales son parte del ejercicio de la sexualidad, son un lenguaje de comunicación entre dos personas, que enriquece la vida e implica una gran responsabilidad. Cuando hablamos de relaciones sexuales nos referimos a conductas en las que existe penetración del pene.

Las relaciones sexuales tienen distintas finalidades. Las más comunes son las de dar y recibir placer, el encuentro amoroso entre dos personas y la reproducción de la especie.

En la adolescencia empiezan a desarrollarse relaciones humanas diferentes hacia una persona en especial, que van evolucionando con el tiempo. La atracción física, el amor, el reconocimiento de las cualidades, la tolerancia de los defectos y el impulso sexual, pueden llevar a la pareja a buscar una mayor intimidad y entrega que puede culminar en relaciones sexuales.


Orientación sexual
Conocer nuestra sexualidad es muy importante para saber quiénes somos y entender cómo nos relacionamos con los demás. Con frecuencia podemos sentirnos atraídos hacia alguna persona, ya sea de diferente o del mismo sexo que nosotros. A esta atracción amorosa y sexual, se le llama Orientación Sexual.

Diferentes orientaciones sexuales
Una persona heterosexual es la que se siente atraída sexual y amorosamente por personas del otro sexo. Heteras en griego significa distinto.

Una persona homosexual es aquélla que se siente atraída por otra de su mismo sexo, se enamoran y tienen relaciones sexuales entre sí. Homos en griego significa “igual a”. A la relación entre mujeres se le llama lesbianismo, esta palabra se retomó de la gran poetisa Safo que vivía en la isla griega de Lesbos, ya que ella escribió sobre la amistad y el amor entre mujeres.

Una persona bisexual es la que se siente atraída o establece relaciones con personas de ambos sexos.

La manera en que las personas sienten y piensan con respecto a las distintas orientaciones sexuales está muy relacionada con las creencias, actitudes, costumbres, valores de la época y del medio social en que se viva.

En algunas ocasiones a las personas que no son como la mayoría, se les presiona, humilla o agrede; estas actitudes van en contra de los derechos humanos y los valores como el respeto, la dignidad, la igualdad y la tolerancia.

Lo importante es respetar a las personas independientemente de su orientación o práctica sexual o forma de vida, ya que ello no las hace más o menos valiosas ni dejan de ser personas.

La riqueza de las relaciones sexuales
No existe una definición exacta de lo que es una relación sexual; pero puede considerarse como un intercambio de sentimientos, emociones, deseos, excitación y placer entre dos personas. Generalmente antes de llegar a una relación sexual, se da una atracción física, que se manifiesta a través de abrazos, besos y caricias, que producen una emoción especial que nos motiva a llegar a tener un contacto físico más íntimo. En la relación sexual se puede llegar o no al coito, es decir, la introducción del pene en el cuerpo de la otra persona.

Para cada persona una relación sexual es algo distinto, pues depende de sus valores, de lo que siente y de lo que piense; lo importante es conocerse, descubrir qué es lo que nos causa mayor placer, buscar que nuestra expresión sexual sea la más placentera para nosotros y nuestra pareja.

En las relaciones sexuales no siempre está presente el amor; sin embargo, cuando las personas se aman, el tener relaciones sexuales se convierte en una forma especial de conocerse y de sentirse cerca, tanto física como emocionalmente. Las relaciones sexuales son una manera de comunicar nuestro amor, de experimentar sensaciones placenteras, expresar ternura y cariño. Por eso se dice que una relación sexual es hacer el amor.

Cuando se comparten intereses comunes, se enriquece la relación y se hace aún más grata si existen comprensión y confianza mutua. Todo esto nos hará disfrutar más el encuentro íntimo amoroso.

Hay diversos motivos para decidir tener relaciones sexuales, pero esta decisión implica poner en juego valores y sentimientos: la forma de pensar y lo que se quiere.

El placer en las relaciones sexuales
Algunas personas piensan que las relaciones sexuales deben ser solamente para tener hijos, sin embargo, éstas producen un gran placer y permiten a la pareja comunicarse de otra forma.

Cada persona piensa y siente diferente en relación con el placer, de acuerdo con la experiencia personal, familiar, o social que tenga.

El placer sexual forma parte de nosotros, es estar en contacto con nosotros(as) mismos (as). Cuando respondemos sexualmente nos sentimos a gusto de que nuestro cuerpo funciona y de que, si queremos, recibimos gratas satisfacciones.

Por eso todos debemos de aprender a conocernos y saber lo que sentimos. Nunca es tarde para dedicarnos atención.

Las relaciones sexuales son una forma privilegiada de obtener placer. Cuando una persona está enamorada, todos sus sentidos se estimulan más y son más sensibles, y así las relaciones sexuales son más placenteras. Cuando se unen la capacidad de amar y de experimentar placer sexual se incrementan nuestras capacidades como seres humanos.

Una experiencia sexual puede ser algo gradual, que se da poco a poco, en distintas fases, como el deseo, la excitación y el orgasmo, y lo vive de distinta manera cada persona en cada situación.

Hombres y mujeres somos seres únicos e irrepetibles, y la forma en que experimentamos la respuesta sexual es muy diversa, porque depende de las circunstancias en las que se dé, el momento que estamos viviendo con la pareja, nuestros sentimientos y valores.

Cabe mencionar que no todas las relaciones sexuales llevan al orgasmo, aunque sin él, pueden ser igual de placenteras. El orgasmo, además de ser una respuesta fisiológica, es una vivencia del placer intenso, es el punto máximo en una relación sexual, pero si no se llega a él, no necesariamente significa un problema.

La relación de pareja se basa en la confianza en nosotros mismos, el cariño y la comunicación nos ayudará a solucionar posibles dificultades en las relaciones sexuales y favorecerá que la relación de pareja sea más plena.

Hay muchas formas de hacer el amor, todas son válidas en tanto los dos estén de acuerdo, se cuiden, se respeten y se procuren gozo mutuo.

La primera experiencia sexual
La decisión de tener o no relaciones sexuales es personal y nadie puede forzar a tomarla. No actúes por complacer a los demás, para demostrar algo, ni para quedar bien con los amigos y amigas.

Si algunas personas tienen relaciones sexuales porque “todo el mundo lo hace”, ¿no crees que podría ser una manera de faltar al respeto a sus sentimientos, a su propio cuerpo y a la otra persona?

Es importante informarnos y analizar estos puntos de vista antes de tomar cualquier decisión.

En algunas ocasiones la primera experiencia sexual es muy importante y especial, porque marca el inicio de una nueva etapa de nuestra vida, pero tomar la decisión de dar este paso no es fácil; las dudas, los temores, la ansiedad, pueden estar presentes y llegar a confundirnos.

En la primera experiencia se combinan muchas cosas, como emociones, sentimientos y valores. También podemos tener miedo a que nos lastimen.

No todo es perfecto en una relación sexual, porque cuando iniciamos nuestra vida sexual, carecemos de experiencia, lo que nos hace sentirnos en muchos casos inseguros (as), en ocasiones nos manejamos hasta con cierta torpeza. Puede haber dificultades como: temor a que nuestra pareja nos vea desnudo(a); a que nuestro cuerpo no le guste a la otra persona, temor a que el tamaño, color, apariencia de nuestros genitales sean “inadecuados” o, en los hombres, la necesidad de mostrarse como expertos sin serlo.

La primera vez es un proceso en el cual no todo es perfecto, puede llegar a ser desagradable, porque no era lo que nos habíamos imaginado.

¿Qué hacer si por un lado queremos tener relaciones sexuales y por otro no? ¿Qué hacer ante el miedo a un embarazo? ¿A quién hacer caso? ¿Cómo decidir? ¿Qué puede pasar?

En ocasiones existen presiones que nos confunden. Por un lado se nos presiona para no tener relaciones sexuales, nos cuidan, protegen y limitan el ejercicio de nuestra sexualidad. Por otro lado, con sus comentarios, juegos y burlas, los amigos, amigas y nuestra pareja nos presionan para tenerlas. Todo esto se agrega a las sensaciones que experimenta nuestro cuerpo ansioso de conocer y, sobre todo, de amar.

Y por si fuera poco, algunas personas piensan erróneamente, que el tener relaciones sexuales es una prueba de ser muy hombre o muy mujer, o de tener potencia sexual.

Todos enfrentamos la posibilidad de vivir relaciones sexuales que nos ponen en riesgo de un embarazo no planeado a nosotros y a nuestra pareja, por eso es importante que aprendamos a decir no, cuando no estamos seguras o seguros.

La actividad sexual nos ofrece muchas posibilidades de placer, comunicación, afecto, pero hay que hacerlo con responsabilidad. Pensemos dos veces antes de tomar estas decisiones, estando bien informados.

Valores y sexualidad

Creencias, costumbres, normas y valores
Cada sociedad establece las normas, valores, y creencias que regulan la forma en que deben comportarse sexualmente las personas.

En algunas culturas como la mexicana, persisten creencias, costumbres, normas y valores que regulan de forma diferente la sexualidad de los hombres y la de las mujeres, como por ejemplo:

Se considera que tanto los hombres como las mujeres deben tener relaciones sexuales sólo dentro del matrimonio. Sin embargo a los hombres se les permite y, en algunos casos, se fomenta el que tengan relaciones antes y fuera del matrimonio. Mientras que las mujeres que llegan a tener experiencias sexuales antes de casarse o fuera del matrimonio, en muchas ocasiones, se enfrentan al rechazo social.

Se cree que la reproducción es el único fin de la sexualidad, por lo que la relación sexual se limita al coito, dejando de lado las caricias, los besos, la ternura y otras formas de expresión sexual.

A pesar de lo anterior, se acepta que los hombres expresen sus deseos sexuales y experimenten placer en sus relaciones sexuales, a diferencia de las mujeres a las cuales se les niega el goce sexual y sólo se les asigna el papel de tener hijos.

En muchos casos, este tipo de creencias impide ver y vivir la sexualidad como algo natural y placentero.






DISCRIMINACION


Discriminación es todo acto de separar a una persona de una sociedad o formar grupos de personas a partir de criterios determinados. En su sentido más amplio, la discriminación es una manera de ordenar y clasificar otras entidades. Puede referirse a cualquier ámbito, y puede utilizar cualquier criterio. Si hablamos de seres humanos, por ejemplo, podemos discriminarlos entre otros criterios, por edad, color de piel, nivel de estudios, nivel social, conocimientos, riqueza, color de ojos diferente, etc. Pero también podemos discriminar fuentes de energía, obras de literatura, animales.
La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (1993) considera discriminación a “toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas”.
No obstante, en su acepción más coloquial, el término discriminación se refiere al acto de hacer una distinción o segregación que atenta contra la igualdad. Normalmente se utiliza para referirse a la violación de la igualdad de derechos para los individuos por cuestión social, edad, racial, religiosa, política, orientación sexual o por razón de género. Tomando una parte del artículo 1º de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación se clasificarían o se definirían en dos partes.
Para Vonfack en 1998 (citado en Becerra, S., Tapia, C. y Barría, C. y Orrego, C.) existen tres procesos claves que explican las relaciones de rechazo en las relaciones interpersonales entre sujetos de distintos grupos: los Estereotipos, el Prejuicio y la discriminación.
Además de esto la identidad social que es entendida como un constructo que discurre en esferas sociales, cognitivas y motivacionales (González y cols., 2005) y que es definida por Tajfel y Turner (citado en Smith, 2002, p. 74) como “parte del autoconcepto que se deriva de la particular relación con ciertas categorías o grupos sociales”, hace que el individuo se sienta identificado con el grupo de pertenencia mientras que se aleja de los grupos que los rodean y con los cuales no existe ninguna identificación, lo cual da lugar a fenómenos de inclusión y exclusión.


Formas de discriminación

Una de las principales fuentes de la desigualdad es la discriminación. Según Cesar Rodríguez, en su texto titulado Derecho a la igualdad, "los ingresos, la clase social y la raza, factores tales como el género, el origen étnico, la nacionalidad, la filiación religiosa o la ideología política" dan lugar a las formas de discriminación.
Existen ciertos grupos minoritarios que no están "efectivamente incorporados" en la sociedad. Estos grupos están discriminados y se encuentran en una posición de "subordinación perpetua" (expresión tomada de Derecho y grupos desaventajados de Gargarella), lo cual se ve reflejado en la economía (clases menos favorecidas), en la política (estos grupos no tienen representación política) y en la vida social. Este tipo de discriminación es la más evidente, pues es la que se ve en el día a día; por ejemplo, la violencia física racial entre pandillas que se da en los Estados Unidos o en Europa.
Uno de los mejores ejemplos de discriminación fue y sigue siendo, pese a muchos avances, el de la comunidad de raza negra (racismo) en los Estados Unidos. A través de la historia, esta comunidad ha estado sometida a una constante exclusión/discriminación por parte de algunas partes de la sociedad. Un ejemplo de esto fue la imposibilidad que en el pasado tuvieron de acceder a la educación superior (véase universidades).
El derecho (sistema judicial) ha sido utilizado como elemento de control por parte de los grupos predominantes, con objeto de mantener el statu quo. La discriminación ha sido una de las principales fuentes de desigualdad, debido a que, como ciertos grupos están marginados de las decisiones, se les priva de ciertos derechos fundamentales, tales como la salud, la seguridad social y la educación, entre otros muchos.
Según el Islas (2005) el lenguaje juega un papel muy importante en la discriminación, ya que este no sólo son las palabras sino también las emociones, afectos, preferencias, decisiones, etc. A través del lenguaje aprendemos a discriminar ya que “aprendemos a nombrar a las cosas y a las personas a partir de nuestro entorno; al mismo tiempo, integramos prejuicios, matices despectivos, atribuciones arbitrarias”. (p. 5)
En las diferentes lenguas abundan términos que son utilizados con connotaciones racistas, clasistas o nacionalistas. También se utilizan las palabras para crear y mantener estereotipos. Existen muchas frases que expresan discriminación a las que estamos tan acostumbrados que no nos damos cuenta. Por todo esto, podemos decir que el lenguaje es una forma de discriminación y que hace que estas actitudes se vayan permeando por la sociedad que utiliza el lenguaje.
Sin embargo, se han hecho esfuerzos para parar la discriminación  y asegurarle a estos grupos el respeto a sus derechos a través del mismo ejercicio del derecho. Un ejemplo de esto fueron las reformas jurídicas de la década de los 70, en las que se operó de forma tal que sirvieran de "obstáculos contra la discriminación" (expresión tomada del libro Emancipación social y violencia en Colombia, escrito por Rodrigo Uprimny y Mauricio García Villegas). En el caso colombiano podemos ver cómo la Corte Constitucional ha tenido un papel protagónico a través de sus decisiones, permitiendo que algunos de los grupos antes discriminados obtengan ahora representación y el respeto de sus derechos fundamentales (ejemplos de esto son los indígenas, los sindicatos y los homosexuales, entre otros muchos).
Otras personas que pueden también ser objeto de discriminación son las que poseen necesidades especiales, caso de quienes poseen condiciones como síndrome de Down, retraso mental, parálisis cerebral, autismo, síndrome de Asperger, etc. En estos casos la discriminación se manifiesta a través de términos peyorativos dirigidos hacia estas personas.
Estos esfuerzos no deben cesar, pues todos hacemos parte de una sola sociedad, de una sola comunidad en la que es necesario aprender, a fin de tener una convivencia saludable y pacífica, a entender y aceptar las diferencias generadas por la multiplicidad cultural que existe (véase multiculturalidad). Es fácil para cualquier miembro de la sociedad (cualquiera que sea el sector al que pertenezca) desinvolucrarse del asunto de la discriminación, sobre todo cuando no le afecta directamente; es más difícil, en cambio, involucrarse en la lucha contra la discriminación cuando esta lucha nace de un despertar de la conciencia, tanto a nivel individual como a nivel colectivo.
Tal vez la discriminación, en cualquiera de sus formas, no llegue a desaparecer nunca. Pero es menester que el ser humano siga haciendo conciencia, tanto en su propia vida interior como a su alrededor (a nivel de las distintas comunidades de que el individuo va formando parte durante su desarrollo: familia, escuela, trabajo, transporte, negocio, empresa, instituciones varias, deporte, etcétera), para generar a su vez conciencia en otros. Otros que, aunque diferentes, son también los mismos. Pues son también humanos.

Discriminación por género

La discriminación de género o sexismo es un fenómeno social, puesto que son necesarias representaciones de ambos sexos para que pueda darse esta situación: no existe una igualdad de género a partir de la cual denunciar la discriminación o desigualdad. Al contrario: la base de este fenómeno es la supuesta supremacía de uno de los géneros.
Al tratarse de una elaboración social, el género es un concepto muy difuso. No sólo cambia con el tiempo, sino también de una cultura a otra y entre los diversos grupos dentro de una misma cultura. En consecuencia, las diferencias son una construcción social y no una característica esencial de individuos o grupos y, por lo tanto, las desigualdades y los desequilibrios de poder no son un resultado “natural” de las diferencias biológicas.
En términos estatales, el liberalismo ha apoyado la intervención del Estado a favor de las mujeres como personas abstractas con derechos abstractos, sin examinar estas nociones en términos de género, dando lugar al sexismo inverso. Adicionalmente, como es el hombre hegemónico quien determina el derecho, esta disciplina social ve y trata a las mujeres de la manera como los hombres las ven y las tratan. Así pues, el estado liberal constituye, de manera coercitiva y autoritaria, el orden social según los intereses de los hombres como género, a través de la legitimación de sus normas, la relación con la sociedad y políticas sustantivas. En consecuencia, el género se mantiene como una división de poder (véase relaciones de poder).
La discriminación de género adopta diversas formas de división de poder, algunos de cuyos aspectos incluyen:
Derechos humanos: Aunque las normas internacionales garantizan derechos iguales a los hombres y a las mujeres, ésta no es la realidad porque, por motivos de género, se les está negando el derecho a la tierra y a la propiedad, a los recursos financieros, al empleo y a la educación, entre otros, a los individuos.
Trabajo: En todo el mundo, tanto las mujeres como los hombres trabajan. Sin embargo, las funciones que desempeñan las mujeres son socialmente invisibles (se toman menos en cuenta, se habla mucho menos de ellas, se dan por hecho), ya que tienden a ser de una naturaleza más informal. Adicionalmente, los hombres ocupan la mayoría de las posiciones de poder y de toma de decisiones en la esfera pública, dando lugar a que las decisiones y políticas tiendan a reflejar las necesidades y preferencias de los hombres, no de las mujeres.
Ventajas: Los recursos mundiales están distribuidos de forma muy irregular, no sólo entre los distintos países, sino también entre los hombres y las mujeres de un mismo país. Aunque se calcula que realizan dos terceras partes del trabajo en el mundo, las mujeres sólo obtienen una tercera parte de los ingresos, y poseen menos del 1 por ciento de la propiedad mundial.
En 1989, la socialista española Carmen Cerdeira presentó ante el Pleno del Senado la proposición de ley para la reforma del Código Civil en aplicación del principio de no discriminación por razón de sexo.

Discriminación por orientación sexual

Este tipo de discriminación, llamada sexismo por lo general, se diferencia de la discriminación por género en el sentido de que, además de que incluye a dicha discriminación (esto es, una constitución del orden social según los intereses de los hombres como género frente a las mujeres, a través de la legitimación de sus normas, la relación con la sociedad y políticas sustantivas), también habla de la orientación sexual y de las identidades de género.
Este tipo de discriminación se da tanto del hombre a la mujer como de la mujer hacia el hombre, si bien se cree que suele presentarse con más frecuencia por parte de los hombres hacia las mujeres que en sentido contrario. La discriminación del hombre hacia la mujer, se caracteriza por el hecho de que:
  • Las mujeres tienen menos oportunidades en trabajos que anteriormente sólo eran para hombres, y además,
  • Las mujeres tienen salarios más bajos.
Otra forma de discriminación es afirmar que solo las mujeres sufren este problema y que estas por naturaleza son incapaces de caer en caminos violentos, discriminatorios o sexistas.
La discriminación de la mujer hacia el hombre se caracteriza por:
  • Un número creciente de denuncias por malos tratos inexistentes.
  • La dificultad extrema de tener la custodia de los hijos, tras un divorcio.
  • El SAP (Síndrome de Alienación parental).

Discriminación por especie

El especismo o especieísmo es un término acuñado en 1970 por el psicólogo Richard D. Ryder quien lo aplicó para describir la existencia de una discriminación moral basada en la diferencia de especie animal.


 

 

 1. ¿Somos todos iguales? En parte sí, en parte no. En cuanto personas humanas somos iguales. En cuanto a las cualidades somos diferentes.
2. Si dos cosas son diferentes, ¿qué trato es correcto? Si son distintas, es correcto tratarlas de modo diferente. El problema surge cuando son en parte iguales, en parte distintas. Entonces se debe hacer equilibrios tratando igual lo igual, y diferente lo diferente. Por ejemplo, un hombre sin conocimientos de Química no debe ser catedrático de esta asignatura, pero esto no afecta a su dignidad como persona.
3. ¿Cuándo hay discriminación? Hay discriminación si se hace distinción donde hay igualdad, y si esa diferenciación es injusta. No hay discriminación si se distingue lo que realmente es distinto. Tampoco hay discriminación si no se falta a la justicia.
4. Ejemplos donde hay discriminación.- Aquí hay diferencias en algunos aspectos, pero es injusto extender esas cualidades a otros casos.
  • La mujer es diferente del hombre, pero ambos son seres humanos con los derechos y deberes correspondientes. Si estos derechos fundamentales no se respetan, estamos ante una discriminación.
  • Un embrión humano es distinto a un niño y a un adulto, pero son personas humanas con todo lo que esto significa. Hay diferencias en deberes y capacidades, pero no debe haber discriminación en cuanto hombres.
  • Un enfermo es diferente a un hombre sano, y tendrá distinciones laborales, pues realmente cambia su capacidad de trabajo. Pero no son distintos en cuanto personas, y si no reciben un trato humano estamos ante una discriminación.
5. Ejemplos donde no hay discriminación.- Aquí hay diferencias reales, y es correcto distinguir:
  • La verdad no discrimina al error. Simplemente es lo verdadero. Y lo otro no. Son realmente distintos y es justo distinguirlos.
  • La bondad no discrimina a la maldad. Simplemente un acto es bueno y otro no lo es. Son realmente distintos y es correcto diferenciarlos.
  • Quien elige no discrimina. Simplemente elige. Solamente se discrimina si se crea o mantiene una injusticia.
6. ¿Ejemplo de elección justa? Cuando hay libertad de elección, es justo escoger arbitrariamente lo que se desee. Por ejemplo, quien se compra un coche elige el que quiere, sin que esto sea una discriminación para las demás marcas, aunque sean mejores.
7. ¿Cómo se origina una discriminación? Puede haber varios motivos. Tal vez una causa sea la exageración de un aspecto accidental. Ejemplos:
  • Discriminación racista: se exagera la importancia del color de la piel.
  • Discriminación nacionalista: se acentúa la importancia de haber nacido en un determinado lugar.
  • Discriminación cualitativa: entre un recién nacido y un embrión hay diferencias pero no tantas como para matarlo (aborto). Entre un enfermo y un sano hay distinciones pero no exageremos (eutanasia).
8. ¿Discriminación ante el síndrome de Down? Un amigo me pide que añada algo sobre este tema. Estos enfermos tienen unas capacidades reducidas, pero siguen siendo seres humanos, y muy cariñosos por cierto. Se les debe tratar de modo acorde a la dignidad humana. Por ejemplo, el aborto en estos casos sigue siendo un crimen. El origen de la posible discriminación puede ser doble: necesitan cuidados especiales; y no queda bien tener un hijo así, pues está de moda tener hijos guapos. Estas discriminaciones serían de tipo cualitativo -debido a que poseen cualidades distintas-, o racista si se les suprimiera para mejorar la raza.


MIGRACION


Se denomina migración a todo desplazamiento de la población (humana o animal) que se produce desde un lugar de origen a otro destino y lleva consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las personas o del hábitat en el caso de las especies animales migratorias. De acuerdo con lo anterior existirán dos tipos de migraciones: migraciones humanas y animales. Las migraciones de seres humanos se estudian tanto por la Demografía como por la Geografía de la población. Y las de especies animales se estudian en el campo de la Biología (Zoología), de la Biogeografía y en el de la Ecología. Los artículos que se pueden consultar al respecto son:
  • Migración humana, que presenta dos enfoques: el de la emigración, desde el punto de vista del lugar o país de donde sale la población; y el de la inmigración, desde el punto de vista del lugar o país a donde llegan los "migrantes".
  • Migración animal, desplazamientos periódicos, estacionales o permanentes, de especies animales, de un hábitat a otro.
También existe el término migración en el mundo de la informática, siendo en este caso el proceso consistente en hacer que los datos y las aplicaciones existentes funcionen en una computadora, software o sistema operativo distinto. En la actualidad este término se ha utilizado mucho, debido al auge del software libre y al hecho de que instituciones públicas a nivel mundial han realizado procesos de migración exitosos.


Historia de la migración

La historia de la humanidad ha sido la historia de grandes migraciones, por las cuales el ser humano se fue desplazando desde sus lugares de origen en África hasta poblar prácticamente todo el planeta. Este proceso de migración constante era la condición natural de vida de las sociedades tribales originarias. La migración desde África hacia Asia y luego el resto del mundo se inició hace unos 70.000 años y bien podemos decir que aún está en marcha.
Al hablar de migración es por ello conveniente recordar los periodos históricos que precedieron al actual. Sólo desde el contexto histórico y considerando las variables económicas y sociales, podremos comprender los motivos por los que emigran, personas procedentes de todos los continentes y que llegan a los países de destino con la expectativa de permanecer por un tiempo o, tal vez, de construir una vida en ellos.
La historia de la humanidad hace referencia a los grandes movimientos culturales, económicos, geográficos y políticos que dieron origen a desplazamientos en masa de la población, tanto espontáneos como forzados.
  • En la prehistoria se inició la expansión de la humanidad, alcanzando todas las regiones habitables.
  • En la antigüedad, Grecia, Cartago y Roma organizaban flujos emigratorios como método para establecer las colonias necesarias para expandir el comercio de la metrópoli, el cual constituía su principal medio de subsistencia.
  • La Edad Media duró un milenio en Europa y fue testigo de tres procesos migratorios masivos: las invasiones bárbaras, la expansión del Islam y la formación del Imperio bizantino, el cual vino a ser sustituido, ya en la Edad Moderna, por el Imperio turco (u otomano).
  • A partir del descubrimiento de América, millones de personas emigraron a los nuevos territorios. Los Estados Unidos del Norte son el mejor ejemplo de un territorio poblado por sucesivas olas de inmigración.
En el siglo XIX, como resultado de la Revolución Industrial ya iniciada en el siglo anterior en Europa, se inició una época de extraordinario crecimiento del colonialismo con el fin de obtener, por parte de los países europeos en proceso de industrialización las materias primas que necesitaban para esa industrialización

Teorías migratorias

Tipos de teorías

Las migraciones han sido analizadas desde el punto de vista de distintas disciplinas académicas, existiendo hoy un conjunto de teorías altamente especializadas sobre las mismas. Lamentablemente, esta especialización no siempre ha ido en provecho del diálogo interdisciplinario y una visión más holístisca del proceso migratorio. En particular, los enfoques económicos, con su aplicación de modelos fuertemente sofisticados y formalizados matemáticamente, han tendido a crear un campo de estudios prácticamente separado del resto de las otras disciplinas.
A pesar de esta diversificación y especialización se pueden establecer ciertos parámetros para agrupar los distintos enfoques en uso. Una forma simple de clasificar estos enfoques es atendiendo al énfasis que se pone en distintos aspectos de los fenómenos migratorios. Así, por ejemplo, hay enfoques que acentúan los así llamados “factores de expulsión” (push factors en la terminología académica) que empujan a los migrantes a dejar sus respectivas regiones o países (guerras, dificultades económicas, persecuciones religiosas, desastres medioambientales, etc.). Por otra parte, están los enfoques que acentúan los “factores de atracción” (pull factors) que llaman a los migrantes hacia determinadas regiones o países (mejores salarios, democracia, paz, acceso a la tierra y condiciones favorables de vida en general).
Otra forma de agrupar los diversos enfoques, que aquí se seguirá, es prestando atención al nivel del análisis ofrecido. Así por ejemplo, tenemos análisis que enfocan prioritariamente los aspectos agregados o estructurales (niveles comparativos de desarrollo, estándares de vida, condiciones demográficas, grandes cambios socioculturales, las tecnologías de la comunicación y el transporte, etc.) y que por ello pueden ser llamadas explicaciones o enfoque “macro”. Estas fueron las primeras teorías sobre el fenómeno migratorio y su fuerza explicativa es notable a un nivel general. Sin embargo, la decisión de migrar ni involucra a todos los que se ven afectados por los mismos factores macro ni se puede deducir de manera axiomática de ciertas disparidades estructurales. Por ello que otros enfoques han tratado de entender la decisión misma de migrar a un nivel individual o del entorno humano que directamente la influencia. Estamos por ello frente a enfoques que pueden ser llamados “micro” u orientados a entender el por qué de la decisión particular de migrar. Sin embargo, durante las últimas décadas se ha venido poniendo mayor interés en el nivel intermedio, o mediador entre las condiciones estructurales y las decisiones individuales, que por ello podemos llamar perspectiva “meso”. Se trata de entender fundamentalmente las redes sociales y las organizaciones e instituciones concretas que posibilitan la migración. Las redes o cadenas migratorias han sido, en especial, un foco de gran interés dentro de esta perspectiva meso. También las organizaciones de carácter criminal han sido estudiadas a este nivel.
A continuación se darán ejemplos de estos tres tipos de enfoques, macro, micro y meso, tratando de esta manera de entender los aportes que cada uno de ellos hace, a su manera, a la comprensión de las migraciones.

Enfoque migratorios a nivel macro

Enfoque demográfico

El enfoque demográfico es característico de este nivel de análisis, poniendo el acento sobre las disparidades en cuanto al desarrollo poblacional entre diversas regiones y países. Esta es, sin duda, la base de todo análisis serio de los fenómenos migratorios que alcanza una importancia cuantitativa ya que nos da una visión general sobre la existencia de un potencial o de una demanda migratoria. Esto se relaciona, en general, con la fase en que diversas zonas del mundo se encuentran en la así llamada “transición demográfica”, es decir, en los cambios en la relación entre la tasa de natalidad y de mortalidad que explican la gran expansión demográfica de los últimos dos siglos. En este sentido, las sociedades europeas han entrado en una fase pos transición demográfica, en que esta tiende incluso a revertirse en el sentido de que la tasa de mortalidad supera a la de natalidad, generando por ello un decrecimiento poblacional. El contraste más palpable con esta situación la encontramos en el continente africano, donde el diferencial entre natalidad y mortalidad es, a pesar de las altas tasas de mortalidad, muy grande, dando origen a un extraordinario incremento poblacional. Así por ejemplo, entre 2010 y 2050 la Comisión de Naciones Unidas para la Población pronostica una caída en la población en edad activa (15 a 64 años) europea de un 20% (de 500 a 398 millones) mientras que la africana más que se duplicaría (de 581 a 1.310 millones). Estas diferencias tan evidentes le dan de por sí una posición mucho más competitiva en su mercado de trabajo a la población en edad activa que se encuentra en Europa respecto de aquella que se encuentra en África. Esto debe, por supuesto, combinarse con la disposición de recursos naturales y el nivel de desarrollo alcanzado para poder calibrar con mayor exactitud el significado de las disparidades demográficas existentes.

Enfoque sociológico

Un enfoque sociológico a nivel macro es aquel que acostumbra llamarse “paradigma de la modernización”, que asocia las migraciones con procesos de cambio socioculturales que predisponen a aumentar la movilidad humana. Se pasaría así de una situación de mayor sedentariedad y fuerte adscripción al entorno local, propia de una “sociedad tradicional”, a una situación de alta movilidad y adscripciones difusas a distintos niveles, propia de una “sociedad moderna”. Estos cambios potenciarían primero las migraciones internas y, en particular, el proceso de urbanización, para luego pasar a una fase de migraciones de más largo alcance incluyendo las internacionales.

Enfoque económico

A nivel económico, la economía ortodoxa o “economía neoclásica” ha acentuado las diversas dotaciones de factores productivos (recursos naturales, trabajo, capital, etc.) en diversas áreas y países, lo que da una retribución económica diferente al uso de esos factores. En el caso de las migraciones la abundancia de fuerza de trabajo en relación a otros factores productivos potenciaría la emigración debido a los bajos salarios de un trabajo superabundante. Por su parte, regiones con, por ejemplo, mucho capital o tierra en relación a la población activa disponible tenderían a generar unos ingresos más altos al trabajo y ser, por ello, atractivos como lugares de inmigración. Este sería el caso típico de Estados Unidos en el siglo XIX, con mucha tierra accesible y poca población, respecto de una Europa con poca tierra en relación a su población. Lo mismo ocurriría hoy entre las regiones más desarrolladas con mucho capital y relativamente pocos trabajadores respecto de muchas áreas menos desarrolladas que muestran la situación inversa. En buenas cuentas, los flujos migratorios, así como otros flujos económicos, tenderían a crear una situación de mayor equilibrio en la dotación y remuneración de los factores productivos a nivel global. Este equilibrio implicaría un mejor uso de los mismos, generando grandes ventajas globales y abriendo oportunidades sustanciales de mejoramiento de las condiciones de trabajo y de vida de los migrantes en relación a su situación en el país de origen, si bien las mismas pueden parecer desventajosas en comparación con las condiciones imperantes entre los trabajadores y las población de los países de acogida. Esta perspectiva macroeconómica enfatiza también las trabas a la inmigración provenientes de las organizaciones de los trabajadores de los países más desarrollados que verían debilitado su poder de negociación y por ende sus ascensos salariales al aumentar la cantidad de mano de obra ofertada en su mercado de trabajo. Este es un típico ejemplo de lo que se conoce como conflicto entre los “insiders” (grupos que están ya adentro) y los “outsiders” (nuevos grupos que presionan por entrar en un mercado de trabajo más favorable).
Desde un punto de vista dinámico la economía ortodoxa ha elaborado una serie de teorías acerca de las relaciones entre migración, pobreza y desarrollo. Se parte de una relación inversa entre pobreza y migraciones de mediano y, en especial, migraciones internacionales de largo alcance. Este tipo de migraciones son, habitualmente, muy costosas en relación a los recursos disponibles por los sectores más pobres de la población mundial. Esto es lo que se conoce como “trampa de la pobreza” que dificulta o impide que aquellos que más tendrían que ganar migrando no puedan afrontar la inversión que ello supone. Los que normalmente migran no son, según esta perspectiva, los más pobres sino sectores medios o relativamente privilegiados de sociedad en desarrollo. Es por ello que se habla de una “autoselección” social y educacionalmente positiva de los emigrantes respecto del total de la población del país de origen. Esto mismo explica el hecho de que la emigración tienda a crecer, contrariamente a lo que habitualmente se cree, cuando se inicia un proceso exitoso de desarrollo ya que el mismo abre posibilidades para que más y más personas puedan invertir en la migración hacia países donde su “capital humano” sería aún más rentable. Esta emigración viene a su vez a potenciar, por medio de las remesas, el desarrollo del país de origen, generándose así un “círculo virtuoso” entre desarrollo, emigración y más desarrollo. Cuando el nivel de desarrollo del país de emigración lo acerca al del país de inmigración el flujo tiende a ralentizarse para luego detenerse y, finalmente, invertirse, formando aquello que se ha llamado la “U invertida”. Un ejemplo palpable de este proceso es la emigración española hacia el norte de Europa, que fue fuertemente potenciada por el desarrollo económico español de los años 1960 para luego, en los 70, detenerse e invertirse cuando España alcanzó niveles de bienestar que si bien aún eran inferiores a los del norte europeo no compensaban ya los costes de todo tipo que impone la emigración.
El enfoque económico antagónico al recién expuesto lo proponen diversas escuelas de pensamiento neomarxistas, que acentúan la polarización internacional que vendría a empobrecer crecientemente las así llamadas “periferias” del sistema capitalista mundial, forzando a sus poblaciones a emigrar para subsistir creando de esta manera una especie de “Tercer” o “Cuarto Mundo” migrante que se ofrece por bajos salarios y aceptando condiciones de “sobreexplotación” en los mercados de trabajo del mundo desarrollado. Estas perspectivas tienen su origen en la Escuela o Teoría de la Dependencia, popularizada por autores como André Gunder Frank ya en los años 1960, y en la así llamada teoría del sistema-mundo asociada al nombre de Immanuel Wallerstein. De acuerdo a este enfoque estaríamos frente a un círculo vicioso de explotación, empobrecimiento, emigración y mayor empobrecimiento. Esta perspectiva general ha sido complementada por las teorías del “mercado dual” o “segmentado” de trabajo, asociadas a los nombres de Michael Piore, Stephen Castles y Godula Kosak. Para estos autores existen dos tipos de mercados laborales y, de hecho, dos tipos de clases trabajadoras en los países desarrollados: una compuesta fundamentalmente por los autóctonos, que comparten condiciones regulares y aceptables de trabajo, y otra formada por los inmigrantes, en particular aquellos en diversas situaciones de irregularidad, que carecen de condiciones seguras y dignas de trabajo.

Enfoques migratorios a nivel micro

Los enfoques micro surgen de la necesidad de explicar las decisiones reales de los sujetos de las migraciones, es decir, de los migrantes mismos. El punto de partida de estas reflexiones es que realmente existe una decisión migratoria y que no se trata de un hecho meramente forzoso, como sería el tráfico de esclavos o las deportaciones masivas de población. Estas situaciones extremas excluyen por cierto toda decisión del individuo migrante que, de hecho, no es sujeto de la acción de migrar sino víctima u objeto de la decisión de otros. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos existe un momento de voluntariedad y decisión que debe ser explicado, aún bajo condiciones muy penosas. De hecho no todos, ni siquiera la mayoría de una población sometida a persecuciones políticas intensas o a condiciones económicas desventajosas dejan sus países de origen. Lo hacen algunos y no otros que optan, por más dura que sea esa opción, por quedarse y resistir a las condiciones adversas. Esto hace relevante la pregunta por la decisión de migrar en circunstancias muy variadas.
La teoría económica ortodoxa enfoca este tema como si el emigrante fuese un inversor cualquiera, que hace una evaluación de costos y beneficios y elige, de acuerdo a ese cálculo y buscando maximizar sus beneficios, si emigrar o no. Se trata de un cálculo difícil de evaluar en términos exactos ya que implica una serie de incertidumbres y de costos que escasamente se dejan sopesar (dejar a la familia, a los conocidos y a lo conocido, etc.). La decisión “racional” puede, además, ser perfectamente “irracional” en el sentido de que el cálculo puede basarse en informaciones erradas. Todo esto no obsta para considerar al migrante como un “homo oeconomicus” de texto ya que estos fallos de información se pueden dar en el caso de cualquier consumidor o inversor. Según esta aproximación, uno de los factores decisivos de la decisión de emigrar es la rentabilidad potencial del capital humano del migrante en un nuevo mercado de trabajo, a lo que se le contraponen, como costos, su ingreso actual y otras “pérdidas” de la emigración. Esto es lo que vendría a explicar la observación incontrovertible de que, a falta de impedimentos mayores y teniendo los recursos para migrar, los flujos migratorios tiendan a ir de países de menores salarios a aquellos de mayores salarios.
Contrapuesto a este punto de vista explícitamente individualista ha surgido el así llamado paradigma de la nueva economía de la migración. En esta perspectiva se desplaza el foco de atención de la decisión individual a la del grupo humano que forma el entorno original del migrante (su familia nuclear o extendida, sus vecinos, su pueblo, etc.). Al mismo tiempo se pone el acento no sobre la maximización del beneficio sino sobre la minimización de los riesgos, que se logra al desplazar miembros (habitualmente jóvenes) de un grupo a diversos nichos económicos. Se trata, en resumen, de una decisión de migrar que atañe a un individuo pero que ha sido tomada y financiada colectivamente como parte de una estrategia de supervivencia de todo un grupo humano, lo que implica que el migrante lleva consigo y debe responder a una serie de compromisos y lealtades con su grupo de origen. Su conducta debe por ello ser grupal y no individualista, especialmente en cuanto al uso de los beneficios económicos de migración (obligación de enviar remesas) y a los compromisos de largo plazo, como por ejemplo la elección de esposa o esposo o el compromiso de ayudar a nuevos migrantes del mismo grupo de origen. Se forman así tanto cadenas migratorias como fuertes solidaridades transnacionales que condicionan vitalmente la vida del inmigrante.
A pesar de sus evidentes diferencias cabe destacar una similitud básica entre el enfoque micro de la economía ortodoxa y el de la nueva economía de la migración: ambos parten de la existencia de un cálculo racional como fundamento del hecho migratorio. En un caso realizado por un individuo que busca su máximo provecho y en el otro por un grupo que también lo busca.
Frente a estos enfoques “racionalistas” existe el “misterio de los pioneros”, aquellos individuos o pequeños grupos que abren un nuevo horizonte migratorio y a los que luego seguirán muchos otros por motivos muy distintos y, habitualmente, más explicables que los de los pioneros. Estos “aventureros migratorios” son difíciles de encuadrar en una teoría más general, siendo muchas veces los diferentes e incluso los disidentes de una comunidad o sociedad determinada, que la dejan impulsados por una búsqueda incierta de una vida diferente o, a veces, por el simple rechazo social ante sus conductas inconformistas o “socialmente desviadas”. De esta manera partieron, por ejemplo, los primeros disidentes religiosos de Europa hacia Norteamérica. Otras causas igualmente difíciles de encasillar en teorías generales son las del amor, que llevan a una persona a seguir a otra iniciando una migración que tal vez otros sigan por razones muy distintas explicando así, al menor en parte, la extraña geografía de muchos flujos migratorios cuya concentración en ciertos lugares de origen o de llegada parecen ser puramente aleatorios.

Enfoques migratorios a nivel medio

Las perspectivas macro y micro fueron severamente criticadas durante los últimos decenios del siglo pasado ya que olvidaban que entre los factores generales y los más particulares existen una serie de estructuras que hacen posible la migración, abaratando sus costos y, de hecho, canalizándola hacia ciertas zonas, nichos laborales y localidades concretas. Surgió así el análisis de las redes migratorias que parte de la creación de un “capital social migratorio” que se va acrecentando en la medida en que se fortalece la migración. Este capital social incluye desde recursos materiales para posibilitar la partida y la inserción en la nueva sociedad hasta contactos e información de decisiva importancia para el éxito del proyecto migratorio. Se trata de una perspectiva en que el esfuerzo y los elevados costos de los pioneros van formando un capital que hace más accesible la migración para otros, habitualmente con menos recursos o circunstancias menos favorables o afortunadas que las de los pioneros exitosos. Al mismo tiempo, los pioneros se tienden a convertir en líderes del nuevo grupo inmigrante, teniendo en sus manos las claves de la inserción en la sociedad de acogida y buscando sacar ventajas de las mismas. Se forman así cadenas de migrantes que, en sus expresiones más notables, llevan a la formación de los así llamados “enclaves étnicos” de gran vitalidad económica pero que muchas veces generan fuertes relaciones de explotación dentro del grupo respectivo. Clásicos ejemplos de ello se dieron, y se dan todavía, en Estados Unidos, explicando desde la vitalidad empresarial de parte significativa de la comunidad judía establecida allí durante el siglo XIX hasta los “chinatowns” o el pujante enclave cubano de Miami. Estos enclaves han mostrado que, a pesar de sus rasgos de abuso intraétnico, en el largo plazo han sido trampolines del progreso de prácticamente toda la comunidad étnica involucrada, tal como lo muestran los notables progresos económicos de los descendientes de los inmigrantes judíos y chinos que hoy cuentan con niveles de ingreso y educación muy superiores a la media de la población estadounidense de origen anglosajón.
El estudio de las redes migratorias incluye también aquellas que decididamente actúan fuera y en contra de la ley, habitualmente calificadas como mafias donde el así llamado “traffiking” con fines de explotación sexual es una fuente de ingentes ganancias para algunos y de gran sufrimiento para muchos.
También se debe incluir en este enfoque meso el estudio de lo que podríamos llamar la “industria de la migración”, que va desde las empresas de viajes de “bajo costo” especializadas en el transporte de migrantes a empresas que dan créditos para posibilitar la migración o aquellas que posibilitan las comunicaciones o el envío de remesas. Todos estos son elementos esenciales de proyectos migratorios que sin ellos serían extremadamente difíciles y costosos.

Las migraciones internacionales en la actualidad

Según el Informe sobre Desarrollo Humano 2009 del PNUD existirían unos mil millones de migrantes en la actualidad. De ellos, la abrumadora mayoría serían migrantes internos y solo menos de una cuarta parte se habría desplazado fuera de las fronteras de su respectivo país.
Número de inmigrantes en el mundo entre 1960 y 2010
Así lo dice el informe mencionado: “Incluso con una definición conservadora de la migración interna que computa el movimiento sólo a través de las demarcaciones zonales más grandes de un país, el número de personas que se desplaza internamente en nuestra muestra es seis veces mayor que quienes emigran a otro país. Si usamos los patrones regionales que encontramos en estos datos, calculamos que hay alrededor de 740 millones de migrantes internos en el mundo, casi cuatro veces la cifra de quienes se desplazan internacionalmente. En comparación, la cifra contemporánea de migrantes internacionales (214 millones o 3,1% de la población mundial) parece pequeña.”
El mismo informe muestra que el flujo mayoritario de desplazamientos internacionales se dirigiría hacia países con niveles semejantes de desarrollo. Un flujo considerable, pero minoritario, está sin embargo formado por aquellas personas que se desplazan desde países pobres o menos desarrollados a países ricos o más desarrollados. Esta migración acostumbra a denominarse migración Sur-Norte (países pobres-países ricos). El PNUD nos da la siguiente estimación de estos flujos: “si limitamos nuestra atención a los movimientos internacionales, el grueso de ellos no se produce entre países con niveles de desarrollo muy diferentes. Sólo el 37% de la migración mundial es desde países en desarrollo a países desarrollados. La mayoría del desplazamiento tiene lugar entre países de la misma categoría de desarrollo: alrededor del 60% de los migrantes se traslada o bien entre países en desarrollo o entre países desarrollados (el restante 3% se mueve desde países desarrollados a países en desarrollo.”
En términos de género, la composición de las migraciones internacionales se ha mantenido muy estable durante los últimos dos decenios, mostrando una leve mayoría masculina lo que viene a contradecir la idea tan común de una “feminización de las migraciones”. De hecho, según las estimaciones de Naciones Unidas el porcentaje de mujeres en el total de migrantes internacionales decrece levemente entre 1990 y 2010 (de 49,1 a 49%). Este decrecimiento se observa tanto en los países más desarrollados (de 52 a 51,5%) como en aquellos menos desarrollados (de 45,9 a 45,3%). Sin embargo, esto no obsta para constatar grandes diferencias en términos de género entre los emigrantes de diversas regiones del mundo. Las migraciones de América Central y del Sur hacia Europa están, por ejemplo, fuertemente feminizadas, mientras que las de México a Estados Unidos o las provenientes de África o, en general, del mundo musulmán, están claramente masculinizadas.
Fuente Naciones Unidas. Gráfico:elaboración propia
Las estimaciones de las Naciones Unidas muestran además que si bien los flujos migratorios internacionales han aumentado de manera considerable en términos absolutos (de un total acumulado de 75 millones en 1960 a 214 en 2010) su participación porcentual en el total de la población mundial prácticamente no se ha alterado (2,5% en 1960, 2,9% en 1990 y 3,1% en 2010). Esta constatación sorprende teniendo en cuenta la creciente globalización y el aumento considerable de otros flujos internacionales (turismo, mercancías, servicios, capital, información etc.). Comparando con la ola migratoria de fines del siglo XIX vemos que los flujos actuales son en realidad bastante limitados (3,1% comparado con el 8,5% de la población mundial que se alcanzo antes de la Primera Guerra Mundial) a pesar de las mejoras en los sistemas de transportes y el abaratamiento considerable del uso de los mismos. Además, las disparidades que alientan las migraciones muestran hoy por hoy niveles extraordinariamente altos, lo que eleva considerablemente los beneficios que puede reportar el desplazarse de un país pobre a un país rico. El informe del PNUD da al respecto los siguientes ejemplos: “Los migrantes de los países con bajo IDH son quienes más pueden ganar y, en efecto, en promedio vieron multiplicarse sus ingresos por 15 (a US$15.000 por año), duplicaron sus tasas de matrícula en educación (de 47% a 95%) y redujeron la mortalidad infantil en 16 veces (de 112 muertes por cada 1.000 nacidos vivos a siete).”
Países con más inmigrantes, 2010 (en millones). Fuente Naciones Unidas. Gráfico:elaboración propia
Estos datos muy someros indican la existencia de grandes incentivos a la migración, en particular aquella que hemos denominado Sur-Norte. Se trata no solo de potenciales ganancias económicas y de bienestar material sino de todas aquellas relacionadas con vivir en sociedades con sistemas políticos democráticos y un amplio respeto a las libertades y los derechos humanos. Sin fuertes trabas de carácter político-policial deberíamos, por lo tanto, estar frente a flujos migratorios internacionales considerablemente mayores que los que en realidad se observan. Estas barreras dificultan y encarecen notablemente las migraciones Sur-Norte, haciéndolas en la práctica accesibles solo a aquellos sectores sociales capaces de financiar sus altos costos. Esto se relaciona con otro elemento que limita las migraciones Sur-Norte actuales. Se trata de lo que en teoría migratoria se conoce como la “trampa de la pobreza”, es decir, niveles de pobreza tales que impiden que aquellos que más tendrían que ganar desplazándose hacia un país desarrollado no puedan intentarlo dada su incapacidad de financiar los costos de la emigración. En este sentido y contradiciendo lo que habitualmente se cree, un mayor desarrollo en las áreas más pobres del planeta incrementaría notablemente la capacidad migratoria de los habitantes de las mismas y por ello la presión migratoria hacia el Norte.
Países con más inmigrantes, 2010 (en millones). Fuente Naciones Unidas. Gráfico:elaboración propia
Mirando ahora la distribución por país de acogida se constata que Estados Unidos sigue siendo, como ya es tradicional, el principal país receptor de inmigrantes con cerca de 43 millones de inmigrantes legales en 2010 (a lo que hay que sumarle una cifra estimada en cerca de 10 millones de inmigrantes irregulares). A bastante distancia le siguen Rusia (12,3 millones), Alemania (10,8 millones), Arabia Saudí (7,3 millones), Canadá (7,2 millones), Francia (6,7 millones), Reino Unido (6,5 millones) y España (6,4 millones). En todos estos casos hay que sumar un porcentaje que va de un 5 a un 15% de inmigrantes irregulares. En porcentaje de su población, la región que más ha recibido inmigrantes es Oceanía (16,8%), seguido por América del Norte (14,2%) y Europa (9,5%). A mucha distancia se ubican África (1,9%), Asia (1,3%) y América Latina (1,3%).
Dentro del total de migrantes internacionales también se considera a los refugiados, que en 2010 sumaban según Naciones Unidas 16,3 millones de personas, lo que representa un aumento respecto de la cifra de 2005 pero, a su vez, un claro descenso respecto de 1990, cuando se contabilizaron 18,5 millones de refugiados. En porcentaje de la población mundial esto implica un descenso desde 0,35% en 1990 a 0,24% en 2010.
A largo plazo, las disparidades del desarrollo demográfico de las diversas regiones del planeta serán de gran importancia para entender las presiones migratorias. A este respecto se observan ya hoy grandes disparidades, las que se verán significativamente aumentadas en las décadas venideras. Esto es particularmente notable e importante en lo que se refiera a la población en edad activa, elemento vital para el sustento de los niveles y sistemas de bienestar de los diversos países.
Países con más inmigrantes, 2010 (en millones)
Según las proyecciones del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) Europa y el Asia Oriental experimentarán caídas poblacionales en las próximas décadas y, a su vez, una redistribución de la población en detrimento del segmento en edad de trabajar. Por su parte, Asia del Sur y sobre todo el África Subsahariana experimentarán fuertes incrementos demográficos. Para poner un ejemplo, de acuerdo a las cifras de Naciones Unidas la población europea de 15 a 59 años experimentará entre 2010 y 2050 un descenso de casi 100 millones de personas (cerca de una cuarta parte), al mismo tiempo la población de África Subsahariana en ese segmento de edad aumentará en unos 600 millones de individuos.
Estas extraordinarias disparidades, sumadas a las grandes disparidades económicas, sociales y políticas que caracterizan el mundo de hoy, serán los vectores futuros de la migración internacional. Simultáneamente, el progreso económico y social de una porción creciente de la población de los países en desarrollo ha ido aumentando significativamente la cantidad de personas con recursos suficientes para financiar la migración hacia el Norte. Baste solo recordar que según las cifras del Banco Mundial, entre 1981 y 2005 aumentó el número de personas en el mundo en desarrollo que disponen de un ingreso de más de 2,5 dólares por día de 930 a 3.500 millones de individuos. Todo indica que este desarrollo continuará, potenciando con gran fuerza la capacidad migratoria de un mayor número de personas del mundo en desarrollo.